YO SOY DIOS «Génesis 46:3» – DEVOCIONAL

Este versículo del libro de Génesis nos muestra un momento crucial en la vida de Jacob. Después de recibir la noticia de que su hijo José estaba vivo y gobernaba en Egipto, Jacob se sentía lleno de temor y dudas. Sin embargo, Dios se le apareció en un sueño y le habló estas palabras reconfortantes: «Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación» (Génesis 46:3).
En ese momento, Jacob estaba a punto de emprender un viaje incierto hacia Egipto. La idea de dejar su tierra y enfrentarse a lo desconocido podría haber sido aterradora. Sin embargo, Dios le aseguró a Jacob que estaría con él en todo momento y que cumpliría Sus promesas.
Esta declaración de Dios revela Su fidelidad y poder. A través de estas palabras, Dios le recordó a Jacob que Él era el Dios de su padre, Isaac, y su abuelo, Abraham. Dios había hecho promesas a Abraham de hacer de su descendencia una gran nación, y ahora le recordaba a Jacob que esas promesas se cumplirían en Egipto.
La lección que podemos aprender de este versículo es que, a pesar de las circunstancias difíciles y los temores que enfrentamos, podemos confiar en la fidelidad de Dios. Él es el mismo Dios que estuvo con nuestros antepasados y sigue estando con nosotros hoy. Él tiene el poder de cumplir Sus promesas y llevarnos a través de cualquier situación.
Así como Dios aseguró a Jacob que haría de él una gran nación en Egipto, también podemos confiar en que Dios cumplirá Sus promesas en nuestras vidas. No importa cuán inciertos o difíciles sean nuestros caminos, podemos descansar en la certeza de que Dios está con nosotros y tiene un plan para nosotros.
Que este versículo nos inspire a confiar en la fidelidad de Dios y a no temer cuando enfrentemos situaciones desconocidas. Él es el Dios que nos guía, nos protege y cumple Sus promesas en nuestras vidas.