LA UNIDAD EN LA IGLESIA – DEVOCIONAL

En Juan 17:20-21, Jesús oró por sus discípulos y por todos aquellos que creerían en él en el futuro, diciendo: «Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste».
La unidad en la iglesia es importante porque somos llamados a ser una comunidad de creyentes que refleje el amor de Dios y su presencia en el mundo. En Efesios 4:1-3, se nos dice: «Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz».
Para mantener la unidad en la iglesia, debemos estar dispuestos a perdonar y a buscar la reconciliación cuando hay conflictos. En Mateo 18:15-17, «Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano». Jesús nos da un modelo para resolver conflictos entre los hermanos de la iglesia. También debemos estar dispuestos a servir y apoyar a los demás miembros de la iglesia, buscando siempre el bienestar de la comunidad en su conjunto en lugar de nuestros propios intereses.
La oración y el estudio de la Palabra de Dios también son importantes para mantener la unidad en la iglesia. En Filipenses 2:2-3, se nos dice: «completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo».
La unidad en la iglesia es importante porque somos llamados a ser una comunidad de creyentes que refleje el amor de Dios y su presencia en el mundo. Para mantener la unidad en la iglesia, debemos estar dispuestos a perdonar y a buscar la reconciliación cuando hay conflictos, estar dispuestos a servir y apoyar a los demás miembros de la iglesia, y orar y estudiar la Palabra de Dios juntos. Que Dios nos ayude a mantener la unidad en la iglesia y a ser una comunidad de amor y gracia que refleje su presencia en el mundo.