«No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.»

1 Corintios 15:33

En la vida espiritual, estamos rodeados de influencias que pueden impactar nuestro andar con Dios. La Biblia nos advierte sobre la importancia de nuestras relaciones y cómo las personas con las que nos asociamos pueden tener un profundo impacto en nuestra fe.

Imagina un canasto de frutas donde algunas están frescas y otras en estado de descomposición. La fruta en descomposición emite gases y sustancias que pueden contaminar y afectar negativamente a las frutas frescas a su alrededor. En nuestras vidas espirituales, las malas influencias pueden tener un efecto similar.

La Palabra de Dios nos insta a ser conscientes de las compañías que mantenemos. No es solo cuestión de juicio, sino de preservar la pureza de nuestra fe. Cuando nos rodeamos de aquellos cuyas acciones y valores están en desacuerdo con los principios bíblicos, corremos el riesgo de contaminar nuestra propia relación con Dios.

Hoy, reflexiona sobre las relaciones en tu vida. ¿Hay amistades o asociaciones que podrían estar afectando tu crecimiento espiritual? ¿Estás siendo una influencia positiva para aquellos que te rodean? Ora para que Dios te dé discernimiento y sabiduría en tus relaciones, buscando la pureza en tu caminar con Cristo.