14 Debido a que los hijos de Dios son seres humanos—hechos de carne y sangre—el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte.

15 Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte.

Hebreos 2:14-15

El versículo 14 comienza diciendo: «Debido a que los hijos de Dios son seres humanos—hechos de carne y sangre—el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte». Este versículo nos está recordando a los lectores que Jesús tomó una forma humana para poder experimentar la vida como un ser humano. Él se hizo carne y sangre para poder vivir entre nosotros y experimentar todo lo que experimentamos, pero sin pecado.

Además, el autor nos dice que Jesús vino para «quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte«. En otras palabras, Jesús vino a la tierra para vencer al diablo y para romper su poder sobre la humanidad. El diablo había obtenido poder sobre la humanidad a través del pecado, pero Jesús vino a la tierra y murió en la cruz para liberarnos del pecado y del poder del diablo.

El versículo 15 continúa diciendo: «Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte». Aquí, el autor está hablando sobre cómo Jesús vino a liberarnos del miedo a la muerte. La muerte es una realidad que todos enfrentamos, y el miedo a la muerte puede ser algo que nos consume y nos impide vivir nuestras vidas al máximo. Pero Jesús vino a liberarnos de ese miedo, para que pudiéramos vivir nuestras vidas sin el peso del temor a la muerte.

Como cristianos, a menudo hablamos del amor de Dios, pero es igualmente importante recordar la importancia de la muerte de Jesús en la cruz. Fue a través de su muerte que Jesús venció al diablo y nos liberó del pecado y de la muerte. Fue a través de su muerte que obtuvimos la vida eterna y la promesa de la resurrección.

Este pasaje nos recuerda que, como cristianos, no tenemos que vivir nuestras vidas atados por el temor a la muerte. Podemos vivir nuestras vidas con la confianza de que la muerte no tiene poder sobre nosotros. En lugar de eso, podemos vivir nuestras vidas con la confianza de que tenemos la vida eterna en Cristo Jesús.

Además, este pasaje nos recuerda que no tenemos que vivir nuestras vidas sujetos al pecado y al poder del diablo. A través de la muerte de Jesús en la cruz, fuimos liberados del poder del pecado y del diablo. Podemos vivir nuestras vidas en libertad y en la gracia de Dios.

En conclusión, Hebreos 2:14-15 es un recordatorio importante de la muerte de Jesús y cómo su muerte nos liberó del poder del diablo y del miedo a la muerte. Como cristianos, podemos vivir nuestras vidas con la confianza de que la muerte no tiene poder sobre nosotros y que tenemos la vida eterna en Cristo. Podemos vivir nuestras vidas en libertad y en la gracia de Dios, sabiendo que Jesús vino a la tierra para vencer al diablo y liberarnos del pecado y de la muerte.