EL JUICIO DE DIOS Y LA NECESIDAD DE LAS BUENAS NOTICIAS – DEVOCIONAL

Con Dios, las buenas noticias solo hacen sentido cuando nosotros comprendemos las malas noticias.
Las estadísticas dicen que, 10 de cada 10 personas van a morir. La cuestión es cuándo?.
La Biblia nos dice, “… está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el Juicio.” (Hebreos 9:27)
Pero todos los hombres proclaman ser buenos, pero Dios dice que no hay nadie bueno (Romanos 3:10-12). Puede que argumentes con Dios diciendo que eres una buena persona en comparación con una persona muy mala, pero ¿Qué pasa con los estándares de justicia de Dios/sus Mandamientos?
Alguna vez has:
- ¿Has mentido?;
- ¿Has robado algo aunque sea pequeño?;
- ¿Has desobedecido a tus padres?
- ¿Has odiado a una persona? (Jesús lo igualó a asesinato);
- ¿Has adulterado o mirado con lujuria?
- ¿Has amado a Dios sobre todas las cosas?
Usando las normas de Dios, ¿Si él te juzga por su Ley, donde vas a pasar la eternidad? ¿Cielo o infierno?
Imagínate que ya has sido condenado por violar la ley. Debes pagar una multa de $500.000 o cumplir prisión de por vida. ¿Podría un juez bueno dejarte ir basándose que:
- ¿Suficiente tiempo ha pasado desde el crimen?
- ¿No has cometido un delito desde entonces?
- ¿Por haber hecho suficientes cosas buenas?
- ¿O por estar realmente arrepentido?
Por supuesto que no. ¡Pero que si alguien que tú no conoces, viene y paga la multa por ti! ¿qué pasa?
Esa es la ¡Buena Noticia! Tú rompiste la ley de Dios al violar sus Mandamientos y Jesús pagó tu multa hace 2.000 años en la cruz. Jesús vino en carne, y en la condición como hombre fue obediente hasta la muerte y murió en la cruz, tomando así tu lugar. Fue muerto y sepultado y resucitó al tercer día para tu justificación. Es así: Jesús toma tu pecado y te da su vida perfecta para que puedas ser reconciliado con Dios. Dios usa medios/regalos de gracia como la fe y el arrepentimiento para salvarte. El arrepentimiento es ese voltearte a Dios día a día en reconocimiento de tus muchos pecados y confiando (fe) en su obra perfecta en la cruz a tu favor.