Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.

Salmos 19:14

En este hermoso versículo del Salmo 19:14, el salmista expresa su deseo de que sus palabras y los pensamientos de su corazón sean agradables a los ojos de Dios, su Roca y Redentor.

Nuestras palabras y pensamientos tienen un gran poder. Pueden afectar nuestras acciones y también influenciar a aquellos que nos rodean. Por eso, es importante que prestemos atención a lo que decimos y a lo que meditamos en nuestro corazón.

El salmista reconoce a Dios como su Roca y Redentor, reconociendo su soberanía y salvación en su vida. Este reconocimiento nos recuerda que no podemos lograrlo todo por nuestra propia fuerza o sabiduría, sino que dependemos de Dios en todo momento.

Cuando buscamos la aprobación de Dios en nuestras palabras y pensamientos, estamos mostrando nuestro deseo de honrarlo y agradarle. Nuestro objetivo debe ser alinear nuestras palabras y pensamientos con los principios y valores que Dios ha revelado en su Palabra.

Hoy, te invito a reflexionar sobre tus palabras y pensamientos. ¿Están alineados con la voluntad de Dios? ¿Estás buscando su aprobación en todo lo que dices y piensas?

Recuerda que Dios está interesado no solo en nuestras acciones externas, sino también en nuestros corazones y pensamientos. Que nuestras palabras y meditaciones sean agradables a sus ojos, trayendo gloria a su nombre y edificación a los demás.

Oremos para que Dios nos ayude a mantener nuestras palabras y pensamientos en línea con su voluntad, y que podamos experimentar su guía y bendición en nuestra vida diaria. Que seamos conscientes de la influencia que tenemos y usemos nuestras palabras y pensamientos para honrar y glorificar a Dios en todo momento.