«Pero él da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.»

Santiago 4:6

En nuestro mundo actual, a menudo se nos anima a destacar, a buscar la grandeza y a mostrar nuestras fortalezas. Sin embargo, la Palabra de Dios nos enseña que la humildad es una virtud fundamental para aquellos que desean vivir una vida plena y agradable a los ojos de Dios.

El apóstol Santiago nos recuerda en el versículo de hoy que Dios resiste a los soberbios, a aquellos que se enorgullecen de sí mismos y confían en su propia sabiduría y fuerza. Por otro lado, Dios da gracia a los humildes, a aquellos que reconocen su necesidad de Él y dependen de Su dirección y provisión.

Buscar la humildad implica reconocer nuestra limitación y aceptar que no tenemos todo bajo control. Significa renunciar a la arrogancia y la autosuficiencia, y en cambio, confiar en el poder y la sabiduría de Dios. La humildad nos permite someternos a la voluntad de Dios, seguir Su camino y confiar en Su guía en cada aspecto de nuestra vida.

Cuando buscamos la humildad, abrimos nuestro corazón a la gracia abundante de Dios. Él está dispuesto a ayudarnos, fortalecernos y mostrarnos Su amor incondicional. Al humillarnos delante de Él, descubrimos una paz y una alegría que superan cualquier logro o reconocimiento terrenal.

En este día, te animo a buscar la humildad. Reconoce tu dependencia de Dios y confía en Su plan perfecto para tu vida. Deja de lado el orgullo y la autosuficiencia, y permítele a Dios ser el centro de todo lo que haces. En Su gracia, encontrarás una vida llena de propósito y bendiciones inimaginables.