1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores,

Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.

3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.

4 No así los malos, Que son como el tamo que arrebata el viento.

5 Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos.

6 Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.

Salmos 1

El Salmos 1 es un himno a la bendición que trae seguir el camino de Dios y alejarse de las influencias negativas del mundo. El salmista compara al hombre que se deleita en la ley del Señor y medita en ella día y noche, con un árbol plantado junto a corrientes de agua que da fruto en su tiempo y cuyas hojas nunca se marchitan. En contraste, el impío es como el tamo que el viento dispersa.

Este Salmos nos recuerda que nuestras decisiones tienen consecuencias, y que es importante elegir el camino de la sabiduría y la justicia, en lugar de dejarnos arrastrar por la corriente del pecado y la maldad. La vida del que sigue a Dios es una vida fructífera y llena de propósito, mientras que la del impío está destinada a la destrucción.

Que hoy podamos renovar nuestro compromiso de buscar la guía de Dios en nuestra vida, y meditar en su Palabra para ser fortalecidos y bendecidos en todo lo que hagamos.