Devocionales

¿A QUIÉN TENGO EN EL CIELO SINO A TI?

¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

Salmos 73:25

En medio de las incertidumbres de la vida, a menudo buscamos algo sólido en lo que podamos aferrarnos. El Salmo 73:25 nos presenta una joya de consuelo y esperanza que resuena a lo largo de las eras.

Este verso nos invita a una profunda reflexión sobre nuestras prioridades y deseos. El salmista, en medio de sus luchas y confusiones, llega a una conclusión sorprendente: el mayor tesoro que puede poseer no se encuentra en las riquezas terrenales ni en los éxitos temporales, sino en la presencia y relación con Dios.

Tesoro en los Cielos: «A quién tengo en los cielos sino a ti» revela una relación íntima con el Creador del universo. Este tesoro celestial va más allá de cualquier posesión material y nos recuerda que nuestra mayor satisfacción se encuentra en conocer a Dios y experimentar su amor infinito.


Nada en la Tierra: «No hay nada en la tierra que desee además de ti» resalta la singularidad y supremacía de Dios en la vida del salmista. En un mundo lleno de distracciones y tentaciones, el salmista reconoce que nada en la tierra puede compararse con la plenitud y la alegría que se encuentran en la relación con Dios.


Hoy, reflexionemos sobre nuestras propias prioridades. ¿En qué cosas buscamos nuestra satisfacción y plenitud? ¿Estamos centrados en acumular tesoros terrenales o en buscar una relación más profunda con nuestro Creador?


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